La mayoría de las personas que tienen animales domésticos valoran profundamente sus relaciones con las mascotas. Sin embargo, para aquellos que están aislados, la falta de compañerismo, la depresión y la falta de apoyo social son factores de riesgo que pueden impedir el bienestar de una persona e incluso aumentar la probabilidad de suicidio u otras conductas inadaptadas.
Los individuos que experimentan la adversidad son más vulnerables y sujetos a sentimientos de soledad y depresión. El apoyo social en estos casos es muy importante, y las mascotas, parece que logran en ocasiones, sustituir a los compañeros humanos en el cumplimiento de esta función. Los animales ofrecen a sus compañeros humanos de edad avanzada un colchón de protección contra la adversidad, como se manifiesta en estudios que revelan una menor incidencia de visitas al médico durante al año. En un estudio entre las personas de edad avanzada afectadas por la pérdida de sus cónyuges y que sin amigos íntimos, una alta proporción de personas sin mascotas se describió como deprimida, mientras que los niveles de depresión fueron más bajos para las personas con mascotas. En otro estudio, mujeres mayores que vivían solas se encontraron con una mejor salud psicológica si residían con un animal: menos solas, más optimistas, más interesadas en la planificación para el futuro, y menos nerviosas que las mujeres que vivían sin una mascota. Por el contrario, las mujeres que vivían con otros familiares no mostraron una mejora adicional con una mascota. Sin embargo, si nos refereimos a la salud en general, no se han encontrado diferencias en el estado de salud entre personas con y sin mascotas.
Los individuos que experimentan la adversidad son más vulnerables y sujetos a sentimientos de soledad y depresión. El apoyo social en estos casos es muy importante, y las mascotas, parece que logran en ocasiones, sustituir a los compañeros humanos en el cumplimiento de esta función. Los animales ofrecen a sus compañeros humanos de edad avanzada un colchón de protección contra la adversidad, como se manifiesta en estudios que revelan una menor incidencia de visitas al médico durante al año. En un estudio entre las personas de edad avanzada afectadas por la pérdida de sus cónyuges y que sin amigos íntimos, una alta proporción de personas sin mascotas se describió como deprimida, mientras que los niveles de depresión fueron más bajos para las personas con mascotas. En otro estudio, mujeres mayores que vivían solas se encontraron con una mejor salud psicológica si residían con un animal: menos solas, más optimistas, más interesadas en la planificación para el futuro, y menos nerviosas que las mujeres que vivían sin una mascota. Por el contrario, las mujeres que vivían con otros familiares no mostraron una mejora adicional con una mascota. Sin embargo, si nos refereimos a la salud en general, no se han encontrado diferencias en el estado de salud entre personas con y sin mascotas.
