La selección genética para aumentar el número y el tamaño de la descendencia ha tenido resultados negativos tanto para las madres como para sus crías. La selección de las cerdas para producir grandes camadas tienden a aumentar la proporción de lechones que nacen muertos o mueren antes del destete.
En Francia, el número medio de lechones nacidos por camada aumentó de 11,9 en 1996 a 13,8 en 2006, mientras que la tasa de mortalidad de los lechones aumentaró un 10%. En el Reino Unido, del 15 al 20 por ciento de los lechones mueren antes del destete, unos 2 millones de lechones por año.
En Francia, el número medio de lechones nacidos por camada aumentó de 11,9 en 1996 a 13,8 en 2006, mientras que la tasa de mortalidad de los lechones aumentaró un 10%. En el Reino Unido, del 15 al 20 por ciento de los lechones mueren antes del destete, unos 2 millones de lechones por año.
Camadas más grandes tienden a tener una gama más amplia de tamaños de los lechones, incluyendo una mayor proporción de lechones pequeños y débiles que no logran sobrevivir.
Los lechones pequeños y débiles tienen menos probabilidades de amamantar pronto y son más propensos a morir, se vuelven inactivos y mueren de hipotermia, hambre o por ser aplastados accidentalmente por la cerda. En 2007 el Panel Científico de la UE en materia de Sanidad y Bienestar Animal se pronunció contra la selección de más de 12 lechones por camada, en contra de lo practicado por gran parte de las empresas de genética porcina.